Capital de la región de Bretaña, Rennes se encuentra al oeste de París. Popular por su patrimonio histórico y cultural, desde su fundación en el siglo II A.C. Rennes ha jugado un rol geopolítico a través de la formación de la región y del Estado moderno francés. Su excepcional posición geográfica ha favorecido su estatus comercial y económico en el Atlántico, a pesar de no contar con acceso directo al mar. Rennes es definitivamente la puerta de entrada para conocer y empaparse de la cultura bretona.

Independientemente de ser una ciudad pequeña, cuenta con un sistema de metro, reflejo de su solidez y crecimiento económico en las últimas décadas. La ciudad es reconocida por su dinamismo e innovación en las industrias de las telecomunicaciones, el audiovisual y la investigación. Junto con otras ciudades de la zona como Lille, puede presumir de ser un importante centro de desarrollo educativo y académico. Esto ha impulsado una transformación social, al favorecer el rejuvenecimiento de Rennes con propuestas novedosas y un ambiente animado y seguro.

La riqueza cultural e histórica de Rennesno está reñida con las transformaciones que la ciudad ha experimentado. Hoy día cuenta con aproximadamente 80 monumentos y edificios considerados como monumentos históricos. El número uno en la lista es sin duda el casco antiguo, el cual conserva el estilo arquitectónico del siglo XVI.

Una de las curiosidades de Rennes es que cuenta con dos plazas principales: la del Ayuntamiento y la del Parlamento de Bretaña. En la primera se puede encontrar la Ópera de Rennes, edificio de gran estética cuya forma circular y ubicación central llaman la atención hasta del más despitado.

También destaca el estilo neoclásico de la Catedral de San Pedro, un edificio muy apreciado por los habitantes de la ciudad. Tras haber sido reconstruida y modificada varias veces, no fue hasta el siglo XIX cuando se concluyeron los trabajos. Cuenta con dos torres que se alzan hasta el cielo y la vidriera rectangular de su fachadacontribuye al efecto de alargamiento del edificio.

Si usted desea visitar Rennes existen varias opciones de transporte que facilitan el acceso a la ciudad. En coche o autobús, hay varias rutas que conectan la capital bretona con París, Nantes, Burdeos, Vannes y Saint Maló. Una vez en la ciudad, es recomendable alojarse en el Hotel Kyriad Rennes y utilizarlo como punto de partida para explorar la región de Bretaña, particularmente el castillo flotante del famoso Monte San Michel.

Rennes también se conecta con el tren desde París. El trayecto tiene una duración de 2 horas aproximadamene. Existe además un tren directo desde el Aeropuerto Internacional de Charles de Gaulle, en París, hacia la capital bretona que tarda alrededor de 3 horas. Otras rutas frecuentes son aquellas que parten desde Lyon y Lille. La infraestructura de la ciudad, a pesar de su pequeño tamaño, ha permitido la instalación de un sistema de transporte de metro que facilita explorar la ciudad.

Consulte más información sobre la localidad en la siguiente página web:
http://www.tourisme-rennes.com/es/Portal.aspx
http://es.rendezvousenfrance.com/es/escapadas-a-francia/rennes-capital-bretana