Nantes, ciudad enclavada en pleno estuario del río Loira, mantiene una población, en su área metropolitana, de más de 800.000 habitantes.
Gracias a su emplazamiento privilegiado, Nantes ha sido siempre una próspera ciudad comercial, abierta al mundo, hasta el punto que durante su época dorada fue el puerto más importante de Francia. Además, tradicionalmente fue la capital histórica de Bretaña, como podremos apreciar claramente cuando visitemos el majestuoso Castillo de los Duques de Bretaña.
El castillo se reconstruyó en el XV sobre la fortaleza original, ganando en elegancia frente a la sobriedad medieval de sus murallas y puente levadizo. En torno a su foso se ubican el laberíntico barrio de Bouffay, con sus calles adoquinadas y los palacetes renacentistas del siglo XVI en la calle de la Judería.

No menos imprescindible es la visita a la isla Feydeau, en la que el tiempo parece haberse detenido. Allí podremos contemplar lujosas mansiones del siglo XVIII que fueron construidas a orillas del río en suelo arenoso inestable, lo que provocó que algunas se inclinaran peligrosamente. A partir de 1926 se detuvo este hundimiento, rellenando el antiguo cauce del río al norte de la isla Gloriette, convirtiéndose éste en un espacioso parterre.

Al visitar Nantes no debemos olvidarnos, nunca, de su hijo más famoso: el incomparable Julio Verne. Acudiremos, por tanto, al Parque de las Machines de l'Île, las Máquinas de la Isla, a orillas del Loira donde podremos pasear a lomos del imponente elefante articulado de madera y deleitarnos -o asustarnos- con todo tipo de gigantescas máquinas o autómatas que evocan, entre otras, las maravillas y temibles bestias que Verne imaginó en sus "20.000 leguas de viaje submarino".

Otros lugares a visitar son:
- El Castillo de los Duques de Bretaña: una antigua fortaleza medieval reconvertida en Palacio Ducal.
- La Place Royale: elegante plaza central de la ciudad, diseñada por Graslin a finales del siglo XVIII.
- La Catedral de San Pedro y San Pablo: catedral gótica construida sobre la antigua catedral románica. Sufrió un grave incendio en 1972 que la dañó, provocando un ambicioso plan de restauración que redundó en su magnífico aspecto actual.

En avión aterrizaremos en el Aeropuerto Nantes Atlantique, donde arriban vuelos directos desde Barcelona, Madrid y otras ciudades españolas. La conexión con el centro de la ciudad se realiza mediante autobús, en un trayecto de unos 20 minutos de duración.

En tren, llegaremos a la Estación de Nantes, que se halla conectada con líneas de alta velocidad, a 2 horas de París-Montparnasse, a 4 horas de Burdeos y a 4 horas y media de Lyon.

Los viajes por carretera están bien comunicados mediante autopistas:
A11 desde París y A83 desde Burdeos.
Desde Madrid, previamente A1 hasta Irún, cruzar la frontera y continuar E5 hasta Burdeos.
Desde Barcelona, vía Figueras y Perpiñán-Narbona-Toulouse y de ahí E9 y E72 hasta Burdeos.

Como curiosidad apuntar que existe un ferry que realiza la travesía de Gijón a Saint-Nazaire, a sólo 50 kilómetros de Nantes.

Enlaces de interés:
www.voyages-sncf.com
http://es.atlasofwonders.com/2012/11/machines-de-lile.html
http://es.atlasofwonders.com/2012/11/machines-de-lile.html