Burdeos, capital de la zona de Aquitania, en el sudoeste de Francia y a orillas del rio Garona, es una ciudad de grandes monumentos y edificios. Es un importante puerto desde tiempos remotos y fue durante siglos un importantísimo centro del comercio europeo. Su historia está marcada por el paso de romanos, francos, ingleses y por las guerras religiosas de finales de la Edad Media. Es la quinta ciudad de Francia, por tamaño, y una extensa ciudad marítima e industrial que ha ido creciendo alrededor de un insigne barrio del siglo XVIII.

Tras la ciudad de Marsella, Burdeos es el segundo puerto comercial más antiguo de Francia. No en vano, el Puerto de la Luna de Burdeos fue declarado en el año 2007 Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Desde la época romana la base de su prosperidad fue la exportación del vino, pero durante el periodo medieval esta productividad se vio reducida. Hasta que no estuvo bajo el dominio inglés no recuperó su esplendor mercantil de antaño. Una productividad que consiguió gracias a que los mercaderes de la ciudad obtuvieron el monopolio de la venta de vino a Inglaterra y con ello llegaron a amasar inmensas fortunas. Con el descubrimiento de América, Burdeos aprovechó su situación privilegiada para ampliar su comercio a los países del nuevo mundo.

Burdeos ofrece numerosos ejemplos de magnificencia con su centro histórico de calles majestuosas y mansiones del siglo XVII. Algunos de estos ejemplos son el Gran Teatro, que es una obra maestra de estilo clásico coronado por las estatuas de las 12 musas. La elegante y armoniosa Plaza de la Bolsa es otro de los lugares icónicos de Burdeos y está flanqueada por el Palacio de la Bolsa y el Hôtel des Douanes, elegantes edificios del siglo XVIII cuyas fachadas se reflejan hermosamente en un espejo de agua. También destaca la Esplanade des Quinconces, un amplio espacio flanqueado por arboledas, con fuentes y estatuas y en donde se encuentra el Monumento Conmemorativo a los Girondinos.

Es ineludible un agradable paseo por los muelles a orillas del Garona, rodeados de bellas fachadas, así como una visita al CAPC, el Museo de Arte Contemporáneo, situado en un antiguo almacén de principios del siglo XIX. Y por supuesto, no puede venir a Burdeos y no pasar por la Maison du Vin, donde se ofrece información a los amantes del vino acerca de las numerosas degustaciones de los afamados caldos de la región. Tampoco puede perderse el Museo de Bellas Artes, situado en parte del Hôtel de Ville y que contiene pinturas desde el Renacimiento hasta nuestros días, y el Museo de Aquitania, que muestra la historia de la región desde la prehistoria hasta la época actual y alberga entre otros espectaculares objetos tesoros romanos y prerromanos.

Existen diversas formas de llegar a Burdeos:

En avión: a través del aeropuerto Burdeos-Mérignac, que dispone de multitud de conexiones con las principales ciudades de Francia y destinos internacionales.

En barco: La mayor parte de los barcos que salen del puerto de Burdeos se destinan casi exclusivamente al transporte de mercancías. Sin embargo, el puerto de Burdeos también sirve de parada, aunque en menor medida, a algunas compañías de cruceros.

En tren: La principal estación de Burdeos se encuentra a tan solo 4 kilómetros del centro y conecta a la ciudad con otras grandes metrópolis de Franca como Lyon, Marsella o París.

Por carretera: Puede optar por coger uno de los autobuses de la línea Eurolines o bien alquilar un coche con alguna de las múltiples franquicias que existen en el mercado.

Enlaces de interés:
http://www.tourisme-aquitaine.fr/es/tourisme-aquitaine/806/m1_000000/burdeos-capital-aquitania.html
http://www.france-voyage.com/francia-municipios/bordeaux-11299.htm